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“Muchas nos decían que se les había ido el amor por el fútbol”: la palabra de la abogada del caso de las jugadoras que denunciaron al DT por acoso sexual

Un grupo de jugadoras que se animan a romper el silencio, un entrenador denunciado y una investigación por acoso sexual que ya está en desarrollo. El fútbol femenino argentino atraviesa una situación delicada luego de conocerse la demanda que se inició ante el Tribunal de Ética de la FIFA por hechos calificados como “maltrato a menores” e “inconducta sexual” de parte de un DT que hasta el momento de la presentación del escrito se desempeñaba en las filas de la AFA.

Fueron varias las jugadoras que tomaron la decisión de contar las situaciones de acoso que habían vivido y de accionar para ir en busca, al menos, de la destitución de este entrenador de su cargo, en el que seguía teniendo acceso a jóvenes menores de edad. Para ello, recurrieron a FIFPro, el sindicato mundial de futbolistas, una entidad que tiene sede en los Países Bajos y cuya misión es defender los derechos de sus asociados.

Alexandra Gómez Bruinewoud es asesora jurídica senior de FIFPro y una de las personas que lleva adelante esta demanda. Previamente, ha intervenido en otros casos de gran relevancia a nivel internacional, como los escándalos de acoso y abuso sexual que estallaron hace algunos pocos años en los seleccionados femeninos de países como Afganistán y Haití.

“Uno de los problemas básicos del acoso o el abuso sexual es que se generan estructuras de protección con gente involucrada que tal vez no está de acuerdo con lo que está pasando, pero que no dice nada. Esas redes son cada vez más grandes y la gente tiene miedo (de denunciar) porque quienes ejercen estas conductas tienen cierto poder”, explicó la abogada en diálogo con Infobae y otros medios argentinos.

En estos casos previos, que podrían servir de antecedentes para la demanda que han iniciado las jugadoras argentinas, los denunciados recibieron duras sanciones de parte de la Comisión de Ética de la FIFA. Keramuddin Karim, antiguo Presidente de la Federación afgana de fútbol, fue suspendido de por vida para ejercer cargos vinculados al deporte al comprobarse que abusó física y psicológicamente de un gran número de futbolistas mujeres entre los años 2013 y 2018. El mismo castigo se le aplicó al ex presidente de la Federación de Haití, Yves Jean-Bart, por acusaciones similares.

“El tema del abuso y del acoso es mucho más complejo de lo que a veces parece ya que en determinados países y contextos hay cosas que están normalizadas y a la persona le cuesta darse cuenta de que lo que está sufriendo es acoso o abuso”, señaló Gómez Bruinewoud.

La abogada consideró que, más allá de los avances sociales y del peso que tiene el feminismo en la agenda de Argentina, las cuestiones vinculadas a los acosos o los abusos sexuales siguen siendo un tabú. Es clara la huella que la invisibilización y el silencio alrededor de estos casos dejan en la parte humana, pero también son factores que conspiran contra el potencial desarrollo deportivo de las personas.

“Algo muy fuerte es que muchas jugadoras decían que llegaba un punto en que se les había ido el amor por lo que hacían, por el fútbol, que era lo que ellas más querían. Yo me pregunto cuántas chicas se habrán ido sin que lo supiéramos, porque no se habla de estas cosas: un día te empiezan a acosar, vos no aguantas más y te vas. Tal vez esa chica hubiese sido terrible futbolista, pero no quiso estar más en este contexto y no siempre se puede elegir, más aún en el fútbol femenino, que va dando pasos pero que aún falta muchísimo en su desarrollo y no hay muchas opciones de lugares a dónde ir si en el club en el que estás te hacen la vida imposible”, reflexionó la abogada uruguaya. En ese sentido, agregó: “También está lo cultural. Sos chica, les contás a tus papás lo que te pasó y tal vez te responden ‘Y bueno, bancatelá, la vida es así’. ¿Cuántas veces escuchamos cosas así? Entonces ante eso las chicas dicen ‘Me dedico a otra cosa porque yo esto así no lo quiero hacer’”.

Para la integrante del equipo legal de FIFPro, es fundamental que el fútbol en general, y los clubes en particular, implementen sistemas que garanticen que no ocurran estas conductas aberrantes. Para ello, sugirió apostar a la diversidad y a reforzar el ingreso de entrenadoras mujeres en los equipos. Además, pidió terminar con el “secretismo” que rodea al mundo del deporte más popular del mundo: “Tiene que haber transparencia, las cosas tienen que estar claras. Se tienen que proteger los procedimientos cuando un entrenador está mucho tiempo con las jugadoras, sobre todo cuando son chicas. Tiene que haber controles porque hay un adulto mayor a cargo de un montón de chicas y hay que cuidarlas”.

Sin embargo, hasta el más aceitado de los sistemas puede fallar. En ese caso, la letrada insistió en que los clubes y federaciones tienen que tener mecanismos para que las personas que hayan atravesado alguna situación de acoso, abuso (o de cualquier tipo de violencia) puedan reportar estos hechos sin sentirse en peligro. Para que esto ocurra primero tiene que haber educación: las jugadoras deben saber qué tipo de conductas son aceptadas y cuáles no de parte de las personas que están a cargo y, a su vez, los staffs técnicos deben estar capacitados para tratar con menores de edad.

“Muchas veces hay jugadoras que nos dicen ‘Yo no sabía que eso estaba mal’. A veces se escuchan comentarios como ‘Me parece raro que el entrenador haga esto ‘ o ‘Me agarra todo el tiempo, me toca todo el tiempo, pero no es grave’ y queda ahí. Cada una de estas expresiones se tiene que mirar con lupa. Hay que estar atentos y ver si hay que reportar. Reportar no tiene nada de malo: es solo decir que viste una situación que no te parece correcta. Después el ente que va a investigar se va a encargar de determinar si eso es acoso sexual o no, pero siempre ante la duda hay que ir por lo seguro. Para las chicas eso implica un cambio de cultura”, recalcó Gómez Bruinewoud y se esperanzó con que el caso argentino incite a más personas a romper el pacto de silencio y a denunciar episodios violentos que puedan haber sufrido.

FIFPro, como sindicato, empezó a involucrarse en las cuestiones del acoso y el abuso sexual en el fútbol recién hace tres años con aquel caso paradigmático de Afganistán. Fue en ese momento cuando advirtieron que estas situaciones aberrantes se estaban dando en contextos laborales, tanto de varones como de mujeres, y que también era parte de su competencia. Desde ese momento han acompañado diversas denuncias en ese sentido, incluso las que se dieron a conocer en los últimos años en la selección Sub 17 de Colombia y en distintos clubes de Chile. “Una vez que todos los sindicatos a nivel nacional tengan mejor información y sepan cómo actuar en estas situaciones va a ser mucho más fácil que se acerquen jugadores y jugadoras con este tipo de problemas”, enfatizaron.

El caso de Argentina fue tomado por la Comisión de Ética de la FIFA (se recolectaron testimonios y evidencias para conformar una demanda sólida), pero aún no ha sido presentado ante la Justicia ordinaria por decisión personal de las jugadoras involucradas. No se descarta que en el futuro pueda llegarse a esas instancias por voluntad de las denunciantes o por la actuación de oficio de algún fiscal. En ese caso FIFPro, podría asesorar a las denunciantes pero debería establecer una suerte de alianza con abogados locales (de Futbolistas Agremiados, tal vez) para llevar adelante la causa.

La investigación está en proceso y los antecedentes internacionales permiten pensar cómo podría avanzar el caso argentino en particular. De corroborarse los hechos de los que se acusa al entrenador, cuyo nombre no se dio a conocer para no entorpecer el desarrollo de la causa y proteger a las denunciantes, la FIFA podría establecer sanciones que van desde la prohibición para ejercer cargos en entidades deportivas hasta multas económicas. Desde FIFPro confían en que la resolución pueda ser veloz.

infobae.com