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Mbappé y Messi sacan al PSG de la UCI y vencen 4-3 al Lille

Hasta Luis Campos, atrincherado en el palco, optó por saltarse el protocolo en el segundo tiempo para ver de cerca la realidad. Si el PSG no se quemó en el infierno fue porque tiene al mejor futbolista del mundo y también al mejor de la historia. Con el club en la UCI, aparecieron Mbappé y Messi para reanimarlo, con su asesor deportivo haciendo el trabajo de Christophe Galtier. Apuntaba a tragedia la tarde y acabó de forma apoteósica, con una remontada de las que pueden cambiar la inercia de todo: 4-3.

El saldo general fue positivo porque el equipo imprimió carácter cuando se asomaba al abismo, con su entrenador discutido y con la mirada inquisidora de Luis Campos, desconcertado por la situación. Por el camino cayeron Nuno Mendes y Neymar, retirado en camilla tras un duro golpe en el tobillo. La grada, entusiasmada con la reacción a tanto contratiempo, se fue orgullosa y confiada de poder repetirlo contra el Bayern.

Sin embargo, ni un minuto tardó el cuadro de Fonseca en darle el primer susto al PSG. Esta vez Donnarumma estuvo a la altura. El arquero italiano es Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Retratado contra el Bayern y reivindicado contra el Lille, imprescindible para maquillar los errores de Kimpembe, hoy capitán pese a coincidir con Mbappé. Una cosa es el brazalete y otra distinta quién manda: ante la evidencia no hacen falta pruebas. El PSG se aferra al talento de su gran estrella.

Él solo, sin la ayuda de nadie, se zafó de dos rivales para marcar un gol soberbio. Calcado al que le hizo al Real Madrid la temporada pasada en esta misma cancha: 1-0. Un contragolpe inmediato de Neymar, conducido y finiquitado por el brasileño, amplió la ventaja: 2-0. Apuntaba a tarde tranquila, pero al PSG le afecta hasta un catarro. Diakité descosió la zaga con un cabezazo imposible para Donnarumma: 2-1. El Lille no se abandonó.

Messi y Mbappé, fundamentales

El segundo tiempo fue un drama. En tiempos de carnaval, Neymar se retiró en camilla, lesionado después de un golpe en el tobillo. El gesto de dolor fue significativo. Desconcertado por la noticia, el PSG encajó el empate con un gol de David tras un riguroso penalti que le señalaron a Verratti: 2-2. El italiano, una caricatura de su mejor versión, perdió un balón pocos minutos después que propició la remontada del Lille tras un gran golpeo de Bamba: 2-3.

Apareció Mbappé al rescate. Quién si no. Trianguló el francés con Juan Bernat en el área y definió a las mil maravillas, otra vez, para empatar un partido que estaba perdido: 3-3. Luis Campos, desesperado e indignado a partes iguales, celebró el gol al lado de Christophe Galtier, enrabietado con el cuarto árbitro. En el descuento, Messi confirmó la remontada más especial de la temporada después de un gol de falta desde la frontal: 4-3. Los dos resucitaron al PSG.

Mundo Deportivo