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Maxi Rodríguez se despidió del fútbol por todo lo alto

La ciudad de Rosario se uniformó de rojo y negro para rendir tributo a Maxi Rodríguez, ‘La Fiera’ de Newell’s Old Boys, que dejó de lado los laureles de la Premier League para retornar a la ‘patria leprosa’, una ‘nación’ que hoy cubrió de gloria al hombre que atendió la vocación por encima del ego.

Miles de seguidores agradecidos se congregaron en los alrededores del Parque de la Independencia con la esperanza de despedir al ídolo nacido en el Coloso. Al igual que ellos, Maxi conoció el amor por Newell’s siendo un hincha muy joven, que fantaseaba con la idea de vestir los colores en el campo de juego.

«¡Dale campeón! Soy hincha del club más grande», fueron los gritos a coro que retumbaron en los alrededores del Estadio Marcelo Bielsa. «La Lepra es un sentimiento y lo llevo en el corazón», continuaban vociferando sin reparos por sus gargantas.

Siendo un ‘pibe’ de 14 años, Maxi soñaba con poder dejar de ver los partidos desde las gradas y saltar a la cancha, al poco tiempo pasó a ser realidad. Debutó en 1999 a los 18 años y a lo largo de tres temporadas llamó la atención del mítico director técnico de la Albiceleste sub-20, José Pékerman, aquel que consiguió tres títulos mundiales para Argentina y uno de los grandes invitados a esta fiesta.

Muchos más arribaron durante los minutos previos al homenaje, como Juan Pablo Sorín, Fernando Gago y Javier Saviola, quienes destacaron «lo lindo de volver reencontrarse» y la necesidad de que «Maxi disfrute este día», comentaron a la prensa.

El debut con la selección argentina

La ‘belle époque’ de Rodríguez apenas asomaba en el horizonte, su esfuerzo le valió una oportunidad propia de la cultura argentina: trabajar en Europa. El Espanyol lo convocó en 2002 a integrar sus filas, donde logró 15 goles en La Liga y el tanto número 2.000 en ese club.

Poco después, fue uno de los elegidos para formar parte del recambio generacional que necesitaba la selección absoluta, tras el olvidable rendimiento del Mundial de Corea-Japón 2002. Ocupó un lugar en la Albiceleste hasta 2016, bajo un total de 54 partidos y 15 goles.

Otro de los que no quiso faltar a la fiesta de este sábado fue el seleccionador campeón en Qatar 2022, Lionel Scaloni, quien confesó que su «estado no es el ideal», aunque exhibió sus botines blancos y negros, aptos, dijo, para soportar las exigencias de un partido de despedida.

«No me puedo poner otros; si no los tobillos y las rodillas mañana…», dijo entre risas al referirse al encuentro homenaje a Juan Román Riquelme, en el que participará este domingo. «Hay que estar un poquito fresco para los dos partidos, esperemos disfrutarlo», lanzó con una sonrisa cómplice.

Su llegada al Atlético
Acabó siendo capitán

La vida futbolística de Maxi cobra mayor relevancia en España, tras mudarse al Atlético de Madrid. Estableció -todavía más- su control del terreno de juego y llegó a capitanear a los colchoneros antes de que el Liverpool inglés fijara sus ojos en él.

La carrera profesional de ‘La Fiera’ pegó un vuelco de suerte al ser fichado para pelear en la mejor liga de fútbol del mundo.

Bajo la casaca roja demostró versatilidad. Manipulaba con comodidad el balón -cualidad por la que ya era célebre- y podía generar cambios repentinos en su juego para ingresar al área y ser un artillero vehemente. Durante la temporada 2010-11, llegó a marcar diez goles, incluyendo dos tripletes.

Ya en lo más alto, su corazón se partió en dos al enterarse de la crisis que atravesaba ‘su’ Newell’s. Sentía en su interior que debía volver, dejar de lado lo que consiguió a base de puro esfuerzo y regresar. La razón no entiende que las ideas de la pasión no se pueden disimular o controlar.

«Maxi es un grande. Sabemos lo que representa para esta ciudad tan intensa. Somos amigos, acá no hay rivalidad», expresó Ángel Di María, otro de los campeones del mundo, sobre la clásica competencia rosarina entre los ‘leprosos’ y Rosario Central, equipo donde se formó el ‘Fideo’.

Precisamente una de las grandes ovaciones de este sábado de la hinchada de Newell’s fue para Di María, gran rival.

Pero, sin duda, el mejor recibimiento fue para el hijo pródigo que volvió a casa, Lionel Messi, que saltó a la cancha de ‘su’ equipo en el mismo día en que cumplió 36 años.

Durante 2012, Newell’s estaba al borde del descenso, pero tras la llegada de Maxi junto a Ignacio Scocco y Gabriel Heinze, con ayuda del entrenador Gerardo ‘Tata’ Martino, no sólo salió del descenso, se alzó con el campeonato.

Maxi cuidó de su club, como un hijo que vuelve al hogar cuando los padres ya no tienen fuerzas para velar por sí mismos, hasta el 6 de diciembre de 2021. Se retiró como el segundo goleador histórico del club, dejando «cuerpo y alma en la camiseta roja y negra», o al menos, eso asegura cada hincha de Newell’s al que se le consulta por ‘La Fiera’.

El invitado estrella Lionel Messi llegó en un auto apenas unos minutos de la presentación de los jugadores y cuando saltó al campo de juego recibió una ovación emotiva del club donde Leo comenzó a jugar de pequeño antes de su éxodo a Barcelona.

Mundo Deportivo