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La tragedia del Chapecoense que nunca debió producirse

Cinco años han pasado de una noticia que impactó al mundo. El avión que llevaba al Chapecoense a la final de la Copa Sudamericana no llegó a destino. ¿Qué pasó?

La cita con la historia del Chapecoense degeneró en tragedia. Nunca se espera una catástrofe como la sucedida. El club brasileño tenía previsto viajar directo desde Sao Paulo a Medellín, pero la falta de un acuerdo de comercio aeronáutico impidió que la empresa boliviana Lamia pudiera llevar a cabo esta hoja de ruta. Por eso el equipo tuvo que viajar de Sao Paulo a Santa Cruz (Bolivia), en un vuelo comercial de Boliviana de Aviación, lo que retrasó el chárter, que partió del aeropuerto de Viru Viru a Medellín. El vuelo 2933 de LaMia, que transportaba al equipo para jugar la final contra el Atlético Nacional colombiano, debió haber llegado a Medellín cerca de la medianoche del 28 de noviembre de 2016. No lo hizo.

El avión que salió de Santa Cruz partió con todo en regla. Las condiciones meteorológicas también se consideraron como óptimas. El peso de despegue evaluado por la tripulación fue de 41.610 kg, por debajo del peso máximo al despegue de 41.800 kg. El tiempo de vuelo estimado era de 4 h y 22 min, con una autonomía de combustible casi de idéntica duración. Aun así, en apariencia, todo estaba en orden. Después se ha sabido que la estimación pudo ser incorrecta, y que el peso real superaba los 42.148 kg. También que el avión no era el más adecuado para cubrir este trayecto. Tenía una autonomía de 2.965 kilómetros y el vuelo era de 2.960.

A las 21:36, hora colombiana, sonó una alarma en la cabina de vuelo que notificaba a los pilotos que tenían un máximo de 20 minutos de vuelo con el combustible disponible en los tanques. Se produce la llamada a la torre de control para pedir permiso para el descenso y el aterrizaje posterior. Los audios, que tienen a su disposición más abajo, retratan la crudeza del momento.

A las 21:53:45 el motor 3 comenzó a apagarse y el motor 4 lo hizo solo 13 segundos después. El piloto no dio cuenta de esto a la controladora. Incluso desconociendo este dato, esta ordenó al resto de vuelos que despejaran el camino para el LMI2933. A las 21:55:04 se apaga el motor 2 y a las 21:55:41 le sucede lo mismo al motor 1. A las 21:57:10 el piloto informa «falla total, sin combustible» y a las 21:58:42 se escucha su última comunicación solicitando «vectores». Ya no respondió más a las llamadas de la torre de control.

Hubo seis supervivientes. Ximena Suárez, auxiliar de vuelo; Erwin Tumiri, técnico de la aeronave; los jugadores Alan Luiciano Ruschel, Jackson Folmman y Helio Zampier Neto; y el periodista Rafael Henzel. Sus nombres quedarán para siempre, así como los de los 71 fallecidos y el del Chapecoense. La conmoción mundial de la tragedia todavía pervive hoy. Las muestras de cariño y respeto se sucedieron por todos los rincones del planeta. La Conmebol, a petición del Atlético Nacional, el rival en la final, concedió al Chapecoense el título de campeón de la Copa Sudamericana. Hoy el Chapecoense sigue en la batalla, presente en la Serie A brasileña, a la que regresó en enero de este año tras el descenso de 2019. Por siempre ‘Chape’.

as.com