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La fiesta de la familia Campana

“Creo que todavía no hemos visto al verdadero Leonardo en este Mundial”, advertía Pablo Campana, padre del número 9 ecuatoriano, en declaraciones a FIFA.com tras la ajustada victoria de la Tricolor contra México (1-0) el pasado miércoles.

Este extenista profesional sabe lo que es disputar una competición de alto nivel en el extranjero, puesto que participó en varias ediciones de la Copa Davis, representó a Ecuador en los Juegos Olímpicos de Atlanta 1996 y alcanzó la segunda ronda del Abierto de Estados Unidos ese mismo año.

Pablo, actual Ministro de Comercio Exterior de su país, también tiene un fuerte sentido de la familia. Cuando supo que iba a ser padre decidió colgar la raqueta, con apenas 24 años. Tampoco ha dudado ahora en recorrer 10.000 km acompañado de toda su familia (doce personas en total) para venir a animar a su hijo, punta de lanza del ataque ecuatoriano.

“Estoy muy orgulloso de mi hijo. Fue el máximo goleador de los clasificatorios de Sudamérica, con seis goles, y estoy convencido de que jugará en Europa en un futuro próximo”. Y no son solo palabras de orgullo de padre. Jorge Célico, seleccionador sub-20, también se refiere a su joven ariete como “Ángel del Gol”. El muchacho ya ha vestido dos veces la camiseta de la selección absoluta, el pasado mes de marzo (contra Honduras y Estados Unidos), y se ha consagrado ante sus compañeros.

Lo cierto es que, en el caso del diamante en bruto de la Mini-Tri, de casta le viene al galgo. Además de los genes y la mentalidad que le ha transmitido directamente su padre, desciende de un linaje que ha dejado su impronta en la historia del fútbol ecuatoriano. Empezó con su bisabuelo, Gabriel, que ganó seis veces la liga ecuatoriana en los años 20. En cuanto a su abuelo, Isidro Romero, fue durante 15 años presidente del Barcelona Sporting Club, y el estadio del equipo en el que juega ahora su nieto lleva su nombre.

Y Pablo sabe encontrar las palabras adecuadas para animar a su vástago. “Nos enviamos mensajes todos los días. Yo le digo que se proyecte mentalmente, que mantenga la concentración y que aproveche sus ocasiones. Es un goleador, así que cuanto más marque, mejor para él”.

Por desgracia para Leonardo, todavía no ha estrenado su casillero en Polonia 2019. Falló un penal contra Italia y lleva ya 270 minutos sin perforar la meta contraria. Después del partido contra México, en el que desperdició varias ocasiones favorables, se negó a hablar, y su frustración era más que visible. Esa reacción de orgullo demuestra que tiene la mentalidad y el carácter de un verdadero depredador del área, que vive por y para el gol.

Afortunadamente para él y para la Mini-Tri, los resultados de este viernes clasificaron a Ecuador entre los mejores terceros. Y si bien esa no es necesariamente la trayectoria con la que sueña un equipo campeón de Sudamérica, los Campana estarán satisfechos con ella. Si Leonardo se reconcilia con el gol en la segunda ronda, sus vacaciones en Polonia podrían transformarse en una auténtica fiesta familiar.

es.fifa.com