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Enner Valencia, el goleador récord de Ecuador en las eliminatorias que ya complicó a River y protagoniza una historia de superación

El último gol que la Argentina recibió por un partido de las eliminatorias se lo hizo un futbolista que volverá a enfrentar este jueves, en el comienzo del camino al Mundial 2026. Es un delantero del que deberá cuidarse, limitarle los movimientos y negarle los espacios. Requerirá una atención especial, la que exige un goleador con historia y presente, ya de 33 años. Intimidante. Caso contrario, Enner Valencia, de él se trata, puede repetir lo de marzo de 2022, cuando tomó el despeje de Gerónimo Rulli en un penal y marcó en el 1-1 con Ecuador, en Quito. Era el cierre de la clasificación para Qatar y la Argentina hacía rato que había asegurado su plaza. No hubo lamentos.

Ahora empieza otra historia para el equipo de Lionel Scaloni, que retoma una competencia oficial, por los puntos, adrenalina que no lo atraviesa desde el Mundial. Ecuador también pasó por la experiencia en Medio Oriente. Fue más breve, ya que el conjunto que dirigía Gustavo Alfaro no superó la etapa de grupos. De los cuatro goles que anotó el Tri en las tres fechas, tres fueron de Valencia (dos a Qatar y uno a Países Bajos). En la anterior participación mundialista de Ecuador, en Brasil 2014, el delantero de Inter de Porto Alegre convirtió los tres tantos de la campaña: uno a Suiza y dos a Honduras. Desde que el entrenador Reinaldo Rueda lo hizo debutar en 2012, su trayectoria lo llevó a ser el goleador histórico de Ecuador, con 40 tantos en 79 cotejos. Atrás dejó a Agustín Delgado, con 31.

De origen muy humilde, desde Riacaurte, su pueblo natal, Valencia encontró en el fútbol un sustento y proyección internacional. La alta competencia no le es desconocida, como a varios de sus compañeros: el volante Moisés Caicedo, que hace poco se convirtió en el pase más alto de la Premier League con los 146 millones de euros que pagó Chelsea; el lateral Pervis Estupiñan (Brighton); el delantero William Pacho (Eintracht Frankfurt), y el volante José Cifuentes (Glasgow Rangers). Algunos cuestionamientos recibió en Ecuador el director técnico español Félix Sánchez Bas por haber dejado al margen al centro-atacante Leonardo Campana, compañero de Lionel Messi en Inter Miami. La lista trae una promesa, el volante ofensivo Kendry Páez, de 16 años, el más joven en ser convocado para las eliminatorias, formado en la mejor cantera de país, la de Independiente del Valle, y ya reservado por Chelsea con una opción de compra para 2025.

En julio último, Valencia no aceptó la propuesta de renovación de contrato de Fenerbahce, donde fue el goleador de la Superliga turca, con 29 tantos en 31 encuentros. El club de Estambul hizo más de un intento por retenerlo, se estiró en lo económico, pero no equiparó la propuesta de Inter de Porto Alegre, que le ofertó un vínculo por tres años, a razón de 2,5 millones de dólares por año, de acuerdo con lo informado por fuentes confiables. Alrededor de 10.000 hinchas gaúchos le dieron la bienvenida en la presentación en el polideportivo Gigantinho. Antes había declinado regresar a Emelec, su club de origen en Ecuador, debido a la ola de inseguridad por el creciente narcotráfico y los frecuentes atentados (fue asesinado un candidato a presidente). José Pileggi, presidente de Emelec, se refirió a la negativa que recibió: “Me dejó pensando cuando me dijo: ‘Mire, por mi familia, yo creo que la seguridad es lo primero’. Ellos ven desde afuera todo lo que está pasando aquí y, más allá de su amor por el país y por el equipo, lo piensan más de una vez. Sus condiciones de vida en el extranjero son muy diferentes”.

Cuando asumió Eduardo Coudet se encontró con un futbolista fundamental para llegar a las semifinales de la Copa Libertadores. “Superman” suma cuatro goles en igual cantidad de cotejos por los octavos y cuartos de final. Lo sufrió River en el Monumental, donde marcó un tanto de cabeza, y en el Beira Río, donde fue incontrolable para Milton Casco y aportó en la definición por penales. En la rueda siguiente, le puso la firma a los tres festejos contra Bolívar: 1-0 y 2-0. Curiosamente, esta efectividad contrasta con su sequía en el Brasileirao: ningún gol en ocho partidos.

Valencia es oriundo de la provincia de Esmeraldas, cuna de futbolistas negros que destacan por velocidad, potencia y dotes técnicas. Cuenta la periodista Martha Córdova que Valencia jamás ocultó sus orígenes humildes: “Desde niño acompañó a su padre, Remberto Valencia, a trabajar en el campo: cargaba plátano verde, alistaba la tierra para la siembra y más tarde se encargaba de la cosecha. Ayudaba a su padre en las labores de ordeñe, de caminar junto al ganado. Los litros de leche, su padre los cambiaba por botines de fútbol, porque a Enner le gustaba ir a la cancha polvorienta del pueblo, porque su corazón ya era un rehén del fútbol. Por la noche, pese al juego y el desgaste, Enner no se quitaba los botines. Se dormía con ellos puestos, porque así fue construyendo sueños”.

De adolescente, no pasó la prueba en Barcelona, de Guayaquil. Quedó en el otro equipo de la ciudad, Emelec. Más sacrificio: le tocó dormir en habitaciones improvisadas debajo de la tribuna del estadio George Capwell. Compartía sueños con Ivan Kaviedes, otro jugador que trascendió internacionalmente. “Muchas veces no había para comer, pero sabía que en esta actividad debía poner amor por lo que quería. Con eso, con el corazón, salí adelante”, expresó en una oportunidad.

En 2010, Jorge Sampaoli, entrenador de Emelec, lo promovió a la primera división. Del técnico argentino guarda el mejor recuerdo: “Marcó mi carrera (…). Me hizo debutar en la Copa Libertadores y yo no tenía experiencia. De Sampaoli aprendí a tener carácter, a seguir siempre para adelante y a no darme por vencido”.

En 2013 fue goleador de la Copa Sudamericana. Ese mismo año marcó su primer tanto para Ecuador, en un amistoso ante Honduras. Considerado en un primer momento como un volante ofensivo por la derecha, no le era fácil ganarse un lugar en un sector del campo que transitaban Antonio Valencia y el emergente Renato Ibarra. Una tragedia, la muerte del futbolista Cristian Benítez por una afección cardíaca, le significó una oportunidad para ocupar el ataque. La aprovechó y su carrera entró en una línea ascendente, tanto en el Tri como en el nivel de clubes. En Pachuca fue goleador de la Liga de México y West Ham lo compró en 2016 por 15 millones de euros. Estuvo un año a préstamo en Everton y regresó durante tres temporadas a México para vestir la camiseta de Tigres de Monterrey (goleador de la Champions de la Concacaf 2019). Fenerbahce (2020/23) e Inter de Porto Alegre son las últimas dos estaciones. Su trayectoria en clubes suma 152 goles.

Su frecuencia goleadora con Ecuador sufrió una prolongada interrupción: entre noviembre de 2019 y octubre de 2021 estuvo desencontrado con el arco. Pese a todo, siempre contó con el respaldo de Gustavo Alfaro. Resurgió en 2022, con Mundial incluido. En el nuevo ciclo de Sánchez Bas marcó en los amistosos contra Costa Rica y Bolivia. En las eliminatorias para dos mundiales acredita nueve tantos. Este jueves empieza un tercer ciclo, impulsado por su larga zancada y un instinto para el gol que pondrá a prueba a la defensa argentina.

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