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El mejor Mundial en la historia, el segundo en una sola ciudad

Qatar. Capital, Doha. No confundir con otros países del Golfo Pérsico por la necesidad absoluta de criminalizar cualquier régimen islámico que cuestione nuestro estilo de vida. Qatar ha organizado según Infantino “el mejor Mundial de la historia” y según el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, “el mejor Mundial de los organizadores y los que vendrán en el futuro”.

La parte presuntuosa tiene que ver con la realidad de que este es el segundo Mundial que prácticamente se organiza en una sola ciudad tras el de Uruguay, que se celebró en tres estadios de Montevideo. El estadio más alejado de Doha estaba a 45 minutos de la capital y Lusail, sede de la final, es una ciudad periférica en construcción que está a nueve paradas de metro del centro de Doha. Esto lo que significa es que por primera vez en la historia, las aficiones (y la prensa) pudo disfrutar cada día de dos partidos del Mundial y en algunos casos hasta tres. Que entre estadios había en el mejor de los casos escasas seis estaciones de metro, que cada una de las instalaciones eran más modélicas que las anteriores, que los transportes públicos eran modélicos así como las instalaciones para trabajar.

La seguridad en Qatar es absoluta, no ahora en ocasión del Mundial sino siempre. ¿Eso qué significa? Que volvieras a las cinco de la madrugada de un partido o te levantaras a las siete de la mañana, nunca mirabas hacia atrás por si alguien se acercaba con fines nada edificables. No existe delincuencia. Puedes llevar el bolso abierto, dejarte olvidado el ordenador en un metro, dejar el bolso en un restaurante o en un negocio: allí seguirá.

Es el primer Mundial en el que no se registran incidentes de ningún tipo entre aficiones, acostumbrados a cada Copa del Mundo a batallas campales con el alcohol como ‘eximente’. Durante el Mundial (o ahora), hay restaurantes y hoteles o locales en Doha donde puedes tomarte una cerveza o beber un buen vino. Si, a precio de lujo, pero el alcohol no está prohibido.

El que se disputase el Mundial en diciembre permitió ver a los futbolistas más frescos y que selecciones con un físico más presente tuvieran aún más ventaja. Seguramente no tiene nada que ver con el país que hayamos presenciado la mejor final de todos los tiempos, o quizás sí. Argentina estuvo concentrada en la Qatar University, una universidad con pocos lujos pero muy funcional. Francia optó por un lujoso hotel y no pudo evitar ‘el virus del camello’, que tiene mucho que ver con los aires acondicionados. La parte más negativa del Mundial ha sido precisamente esa: los aires acondicionados. Temperaturas de 17º en el interior, 33º en el exterior.

Dijeron que habían aficionados ‘truchos’ (falsos), es decir, personas de otras nacionalidades que animaban a España, Argentina o Brasil, como queriendo circunscribir la pasión por una selección o un jugador a la nación local del mismo. El fenómeno Messi ha demostrado que no es necesario ser argentino para idolatrar a Messi y querer animarle. Claro que en la final de Lusail había un 30% de qatarís que había comprado su entrada con tiempo, se vio en los parkings que rodeaban al estadio, completos y con automóviles de lujo. Pero será que no viene siendo habitual en cualquier Copa del Mundo… es la llamada familia FIFA: comité local y los invitados por la propia organización. En el caso de Qatar, Infantino invitó a Djokovic, Usain Bolt, Adriana Lima, al margen de Legends de todos los tiempos.

Mundo Deportivo tenía el hotel en un barrio popular, un barrio de trabajadores mayoritariamente de origen en la India o Pakistan, un barrio con peluquerías y barberías que no cerraban hasta las cinco de la madrugada o con superficies de limpieza de automóviles que permanecían abiertas toda la noche. Desayunábamos en un local de hindús o chinos y el super, Lulu, era de gente popular. Por tanto, hemos vivido como lo haría la gente normal de Qatar, sin los lujos de La Perla o Lusail, donde se alojaba la familia FIFA. Nuestra percepción ha sido de absoluta normalidad. Cero problemas por el hecho de ser mujer, cero problemas para trabajar o convivir. 63 empresas españolas forman parte de la Cámara de Comercio de España en Qatar y no hay un solo empresario español que quiera volver a nuestro país, hombre o mujer.

La próxima Copa del Mundo se celebra en tres países: Canadá, Estados Unidos y México. Eso significa que entre una sede y otra podrá distar hasta 7.000 kms de distancia. Una pequeña diferencia.

Mundo Deportivo