El Gobierno francés asocia a Benzema con los Hermanos Musulmanes
A Karim Benzema, nacido en Francia en el seno de una familia de origen argelino, siempre se le ha cuestionado su patriotismo francés, ya fuera por su alergia a cantar La Marsellesa o su cierto desdén hacia la selección nacional. Pero la cuestión se ha vuelto mucho más seria porque el propio ministro del Interior francés, Gérald Darmanin –del sector más derechista del macronismo–, lo ha acusado de tener lazos con los Hermanos Musulmanes, la gran organización islamista fundada en 1928 y una de cuyas ramificaciones es el movimiento Hamas, en el poder en Gaza.
“Todo el mundo sabe que el señor Benzema tiene un vínculo notorio con los Hermanos Musulmanes”, dijo Darmanin, el lunes, durante una entrevista con la cadena CNews, un medio que da mucha cancha a las ideas conservadoras e incluso de extrema derecha. La reacción de Darmanin se produjo después de cierta controversia provocada por Benzema al solidarizarse con los palestinos pero no con la familia del maestro asesinado el viernes pasado en una escuela de Arràs, en el norte de Francia.
Lejos de apagar la polémica, desde el entorno del ministro echaron más leña al fuego al afirmar que “desde hace varios años, constatamos una lenta deriva de las tomas de posición de Karim Benzema hacia el islam duro, rigorista, característica de la ideología de los Hermanos Musulmanes, consistente en difundir las normas islámicas en diversos espacios de la sociedad sobre todo en el deporte”. Estas palabras muestran que desde el ministerio se ha seguido de cerca la trayectoria ideológica del futbolista.
La fuente, citada por Le Figaro, mencionó el rechazo del delantero a cantar La Marsellesa en los partidos del equipo nacional, así como el proselitismo del culto musulmán que realiza en las redes sociales, su oraciones, su peregrinación a la Meca y su foto con un imán que fue investigado en el caso del maestro asesinado hace tres años por un yihadista, Samuel Paty. Según la fuente próxima al ministro, la conducta de Benzema no implica una persecución penal, aunque sí muestra una irresponsabilidad importante viniendo de una figura pública tan relevante.
La senadora de Los Republicanos (LR, derecha) Valérie Boyer, que representa al departamento de Bocas del Ródano (Marsella) en la Cámara Alta, declaró este miércoles que, si se sustancia la militancia del jugador en la organización islamista, debería ser despojado de la nacionalidad francesa, algo que, hoy por hoy, sería inconstitucional. “Hay que actuar con urgencia contra aquellos que amenazan permanentemente nuestro país”, agregó Boyer.
Benzema, de 35 años y nacido en un suburbio de Lyon, jugó durante 14 años en el Real Madrid y fue su capitán durante su última etapa en el equipo blanco. En octubre del 2022 ganó el Balón de Oro y, después de recibir el prestigioso galardón, pronunció una frase enigmática sobre el trofeo. “Es individual pero también colectivo -dijo-. Para mí es el Balón de Oro del pueblo”. En junio pasado el delantero –a quien jamás se la ha sacado una tarjeta roja y cuya deportividad suele ser impecable– fichó por el equipo saudí Al Ittihad.
Benzema fue apartado durante unos años de la selección debido a una acusación de complicidad en un turbio chantaje -mediante un vídeo de contenido sexual– contra otro compañero de la selección, un caso por el que fue condenado a una pena de cárcel que no implicaba ingreso efectivo en prisión y a una multa. El jugador se enfrentó durante un tiempo al seleccionador, Didier Deschamps, a quien acusó de marginarlo para satisfacer la pulsión racista de parte de la sociedad francesa. Su trayectoria en el equipo nacional terminó mal, antes del Mundial de Qatar, al lesionarse en un entrenamiento y ser inmediatamente apartado, sin esperar a si se recuperaba. Benzemá voló de inmediato a Madrid y poco después se despidió para siempre de la selección.
Benzema no es el único futbolista de elite que ha tenido problemas al exacerbarse los ánimos debido al estallido de la nueva guerra entre Israel y Hamás. El defensa argelino Youcef Atal, del Niza, fue suspendido por su club como respuesta a un mensaje antisemita violento que el jugador había colgado en Instagram y que la fiscalía investiga como presunta apología del terrorismo.
La psicosis de atentado no disminuye en Francia. Las alertas por amenaza de bomba provocaron este miércoles la evacuación de al menos diez aeropuertos, entre los los de Niza, Toulouse, Burdeos y Nantes, así como del palacio de Versalles, este último por tercera vez en los últimos días.
