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Bombazo mundial: Marcelo Gallardo, nuevo entrenador del Al-Ittihad

¿Acaso hay algo que pueda conmover a un entrenador que, estando en River o en este año sabático al que los petrodólares le van a poner punto final, rechazó al Barcelona en tiempos de Erik Abidal como director deportivo, a la Roma antes de la llegada de Mourinho, a la selección de Uruguay, al Sevilla dos veces, al Leeds, al Olympique de Marsella y a varios equipos brasileños entre muchas otras ofertas?

La respuesta es sí: una oferta tan pero tan suculenta como suficiente para reposicionarlo en la gigantesca marquesina del planeta fútbol. Marcelo Daniel Gallardo vuelve al ruedo de una manera peculiar y ciertamente impensada hasta que, a comienzos de esta semana, desde España llegó la información de que el Al Ittihad lo merodeaba.

El Muñeco, 47 años y hasta ayer el más codiciado de los coaches argentinos sin trabajo, será a partir de ahora uno de los tres técnicos mejor pagos del planeta, sino el mejor, en un ranking en el que se codea con Pep Guardiola, Steven Gerard y un Diego Simeone que aceptó rebajarse un 30% el salario para renovar (cobraría 22 millones de euros, según reportan medios árabes).

Un año y un puñadito de días después del último partido que lo tuvo sentado en un banco de suplentes, el amistoso frente al Betis el 13 de noviembre del 2022, el deté recibió el okey de los jeques árabes a su cotizadísimo pedido de remuneración. Por eso, en los próximos días armará las valijas para asumir en el tercer equipo más grande de la Saudí Pro League detrás del Al Hilal de Neymar y del Al Nassr de Cristiano Ronaldo.

Su disruptivo destino dominado por los jeques, no es un detalle menor, es propiedad de uno de los estados más ricos del mundo al igual que los dos clubes anteriores, el Al Ahly y el Newcastle de la Premier League (además, el Fondo Público es inversionista de uno de los accionistas mayoritarios del Chelsea). Es ese estado opulento el que decidió hacer monstruosas inversiones en futbolistas y entrenadores. Para lavar la cara de una monarquía que recién aceptó el voto femenino en el 2011 y que pena con la muerte los actos homosexuales y, a la vez, provocar el impacto internacional que tuvo Qatar con la organización de un Mundial de fútbol. El rey Salmán bin Abdulaziz, de hecho, ya se aseguró el privilegio de parte de la FIFA para el 2034 como sus vecinos lo consiguieron en el 2022.

Destino Arabia

El tercer club en el CV de Gallardo luego de Nacional de Montevideo (una temporada, un título) y River (ocho años y medio,14 títulos) cuenta con Karim Benzema como figura excluyente y con el francés campeón del mundo N’golo Kanté y los brasileños Marcelo Grohe, Luiz Felipe y Romarinho como los demás extranjeros. Y posee un atractivo inmediato: la participación en el Mundial de Clubes de este año, en el que será local en Jeddah, con el añadido de que el equipo que hoy marcha 5° en el la liga local puede llegar a enfrentar al Fluminense en la semifinal si consigue superar las dos primeras instancias.

Con ese argumento como arma de seducción deportiva y con la catarata de billetes de la segunda reserva más grande de petróleo después de Venezuela fue que lo convenció el director deportivo del Al-Ittihad, el portugués Domingo Soares de Oliveira, cuando hace una semana se contactó para tentarlo con la propuesta, al igual que lo había hecho con el español Julen Lopetegui, finalmente descartado. Y con sus pedidos más que satisfechos, el Muñeco decidió abandonar los días de familia, viajes, relax, pádel y golf para encarar la aventura del regreso al trabajo en este exótico destino con un contrato por 18 meses, con la posibilidad de extenderse por 18 más. Una decisión excepcional para una personalidad decididamente propensa a las decisiones excepcionales.

No estará solo, por cierto, como tampoco lo estuvo en enero de este año, cuando por primera vez descubrió las bondades de la realeza que lo contrató para ser DT en esa Riyadh Season que tanta repercusión tuvo al enfrentar a un combinado local en el que estaba CR7 con el PSG de Lionel Messi. Seis de sus colaboradores más íntimos (los ayudantes Matías Biscay y Hernán Buján, el PF Pablo Dolce, el entrenador de arqueros César Zinelli, el videoanalista Nahuel Hidalgo y el asesor Gustavo Piovano) lo acompañarán en este singular regreso al centro (¿o habría que decir la periferia?) de la escena.

¿En dónde queda el animal competitivo que, según su entorno, no estaba dispuesto a sumarse a un proyecto ajeno y con la temporada ya iniciada? ¿Qué puede motivarlo de tener que entrenar a una mezcla de árabes tan dúctiles como poco hambrientos con estrellas que antepusieron la billetera a la ambición deportiva? ¿Cómo concilia llegar a un equipo en el que su antecesor, Nuno Espíritu Santo, salió eyectado al cabo de una discusión con Benzema? Eso deberá responderlo él.

Lo concreto es que está de vuelta. Diez meses después del señuelo inicial y tras haber descartado la primera oferta en petrodólares durante aquel viaje de seducción, el objeto de deseo que descartó en fila dirigir en LaLiga, la Serie A, la Liga 1 y el Brasileirao, entre otras, aceptó ser una de las caras de una liga generosa, que gastó 938 millones de euros y está segunda en ese ranking detrás de los 2.000 millones de la Premier.

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