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Alfaro Moreno y el impacto del coronavirus en Ecuador: “La realidad es muy cruda, pero mis huesos los van a enterrar aquí en Guayaquil”

Me gustaría dejar algo claro: yo no soy un argentino que está padeciendo esto en Guayaquil, yo soy un guayaquileño más, soy ecuatoriano naturalizado y no soy alguien que está de paso. Amo Guayaquil, amo Ecuador y como me dijo Isidro Romero, un ex presidente de Barcelona, el que me trajo, así se llama el estadio, cuando en una vuelta olímpica vio el cariño que me daba la gente me dijo: ‘Vas a enterrar tus huesos aquí…’ Ojala no sea ahora, sea mucho más adelante (risas). Pero es una realidad: voy a enterrar mis huesos acá».

La voz de Carlos Alejandro Alfaro Moreno suena fuerte desde el otro lado de la línea. El exdelantero de Independiente, entre otros clubes, insiste: «No es como le pusieron en los diarios a alguno de los chicos que juega acá: es un argentino que está padeciendo el despelote… No, hermano, acá yo me quedo. Eso me gustaría que quede claro».

Clarísimo. ¿Se acuerdan de Alfaro Moreno? Ese wing izquierdo al que le quedó el apodo de Beto por su admiración hacia Norberto Alonso y sus relatos de pibe sobre sus propias gambetas. Ese chico de Ramos Mejía que sorprendió en Platense (debutó en Primera con 17 años, jugó allí 134 partidos y convirtió 31 goles), fue campeón con Independiente (116 partidos, 43 goles), pasó por Ferro (apenas 15 partidos) y estuvo cerca de jugar el Mundial 90 con la Selección de Bilardo​. El fútbol lo llevó al Barcelona de Ecuador, donde es ídolo, donde se retiró a los 37 años y donde ahora es nada menos que su presidente.

Pero ahora el tema es otro: una de las ciudades de América más golpeadas por el coronavirus​ es su ciudad. «A ver amigo: acá a Guayaquil, o en la provincia, o en la región Costa, los chicos están de vacaciones, iniciaban ahora en abril, evidentemente eso está diferido. Por qué te digo esto, porque es el momento en que la gente va y viene, entra… El primer caso, el caso cero, entró en Guayaquil: una señora mayor que vino a visitar a su familia desde España y fue detectada con coronavirus. A partir de ahí hay una idiosincracia especial, aquí es netamente comercial, el guayaquileño vive del día a día, de la venta. Entonces primero se hizo muy dificil, por esa manera de subsistir, que tengan mucha disciplina a la hora de las medidas gubernamentales y después fue colapsado el sistema sanitario».

El Beto de los festejos revoleando la camiseta (según Internet fue el primero en el mundo que lo hizo, en 1987, jugando para Platense contra Temperley) continúa su relato: «La realidad es que colapsó el sistema sanitario, nos vimos desbordados en ese aspecto y hay gente que falleció en sus casas. Después, cómo se difundieron esas imágenes, si fueron reales o no, es un tema que determinará cada uno… La realidad es que me da mucha tristeza lo que está padeciendo esta gente porque amo a Guayaquil, no estoy de paso, ya te lo dije, mi esposa es ecuatoriana, yo soy ecuatoriano, mis hijos también, estoy acá con mis cuatro hijos en cuarentena, cumpliendo como hay que cumplir, cuidándonos, cuidando a la familia, pero la realidad es muy cruda, es la ciudad más afectada del Ecuador.

Su mujer se llama Yesenea. Florencia (25 años), la hija más grande, es periodista. Gonzalo (22) juega en la Liga de Portoviejo, a préstamo del Barcelona, con Rubén Insúa como técnico. Alejandro (16) es músico y Yesenea (13) es bailarina.

«Que no estábamos preparados queda evidenciado, el vicepresidente declaró en estos días que de los tres mil y pico de casos corroborados como positivos mil seiscientos son trabajadores de la salud. Imaginate: médicos, enfermeras y demás. No sólo nosotros no estábamos preparados para esta pandemia; mi hermana vive en España, mi mamá en Buenos Aires… Si golpeó al primer mundo imaginate a nosotros…»

Nacionalizado después del retiro, recibido hace poco en la carrera de Comunicación, Alfaro Moreno sigue contando. «Soy presidente de Barcelona hace pocos meses, vamos para cuatro, Entramos a fin de diciembre, ganamos las elecciones en octubre del año pasado. Estuve como vicepresidente en la primera parte de la dirigencia anterior, después me alejé por diferencias con el anterior presidente José Cevallos. En la administración anterior hicimos un acuerdo con mis escuelas, que ya pertenecen a Barcelona, o sea tiene 52 sucursales disgregadas en todo el país, más una en Nueva York, donde hay cantidad de ecuatorianos hinchas de Barcelona, todo eso nutre las divisiones formativas. Siempre me gustó hacer dirigencia, además de comunicación»​.

Llevamos pocos meses en el club y la verdad que está brava la mano. Habíamos arrancado bien el año, empezamos a entrenar el 26 de diciembre porque el 22 de enero nos tocaba jugar el tercer repechaje de la Libertadores. Dejamos afuera a Progreso, ida y vuelta. El 18 de enero hicimos la noche amarilla, la presentación del plantel, donde invitamos a Alessandro Del Piero como figura estelar, después eliminamos a Sporting Cristal y finalmente a Cerro Porteño; le metimos cuatro allá en Asunción. Y de ahí entramos a la fase de grupos donde nos tocó el campeón de la Libertadores, Flamengo, y el campeón de la Sudamericana, Independiente del Valle; grupo complicado pero teníamos pensado pelearla, ahora veremos cómo se continúa. Bueno, así estoy: haciendo dirigencia deportiva, que es lo que me gusta».

La coyuntura, claro, alteró los planes. «A partir del 16 de marzo paramos absolutamente el club. El club está cerrado, toda la gente está operativa pero desde su casa con teletrabajo y los jugadores con un plan deportivo y nutricional para llevar en su casa con un seguimiento diario del cuerpo técnico. Seguimos expectantes de las medidas gubernamentales», completa el Beto Alfaro Moreno, mucho más que un argentino que vive en Guayaquil.

clarin.com